No es pereza, es agotamiento acumulado

Muchas veces te juzgás por no tener ganas de nada, por no rendir, por no cumplir como esperabas. Pero no es que seas vago: estás agotado.

El cuerpo y la mente se apagan cuando ya no pueden más. Esa “flojera” que sentís, tal vez es el único lenguaje que tu cuerpo encontró para pedirte un descanso real.

Descansar no es perder el tiempo

  • Ignorar el cansancio solo lo agrava.
  • Descansar también es parte de avanzar.
  • El agotamiento sostenido confunde tus prioridades.

Permitite parar sin culpa. Reconocer que estás quemado no te hace débil, te hace honesto.

Y desde ahí, podés empezar a reconstruir tus ritmos.

Comentarios

Entradas populares