Cómo ponerle palabras a tu cansancio emocional

Hay un tipo de agotamiento que no se cura con dormir más. Es el que te pesa en el pecho, te roba el entusiasmo y te hace sentir desconectado incluso cuando estás rodeado de gente. Es el cansancio emocional, y muchas veces cuesta ponerlo en palabras.

Nombrar lo que te pasa es el primer paso para transformarlo. Cuando no sabés cómo explicarlo, también te cuesta pedir ayuda, tomar decisiones o simplemente darte el permiso de parar.

¿Qué es exactamente el cansancio emocional?

Es una acumulación de tensiones internas: estrés sostenido, demandas constantes, falta de conexión con lo que hacés y represión de emociones no procesadas. A diferencia del agotamiento físico, este se siente como una pérdida de sentido o como una neblina que empaña tus días.

Algunas frases que podrían resonarte:

  • “Estoy cansado y no sé bien por qué.”
  • “No tengo ganas de nada, pero sigo haciendo todo.”
  • “Siento que estoy apagado por dentro.”
  • “Estoy ahí, pero no estoy del todo.”

¿Cómo ponerle palabras a eso que sentís?

  • Empezá escribiendo: sin filtro, sin buscar coherencia. Solo dejá salir lo que te pesa.
  • Usá metáforas: a veces, una imagen dice más que una definición (por ejemplo: “siento que cargo una mochila invisible”).
  • Hablalo con alguien que escuche sin querer “arreglarte”. A veces solo necesitás ser escuchado.

Cuando le ponés nombre a tu cansancio, dejás de pelear con él. Entendés que no es debilidad, sino una señal. Y las señales están para ser escuchadas, no para ser ignoradas.

Tu cansancio tiene algo para decirte. Escuchalo con compasión.

Comentarios

Entradas populares