No todo tiene que ser para hoy
Cuando todo es urgente, nada lo es de verdad. La prisa constante no es señal de productividad, sino de desorden.
Una de las mejores formas de organizarte es repartir mejor tus tiempos. No todo tiene que hacerse hoy, ni todo tiene que hacerse por vos.
Respetá tus ritmos
- Elegí 1 o 2 prioridades reales por día.
- Dejá tareas para mañana sin culpa.
- No todo lo que es importante es inmediato.
Simplificar tu agenda es una forma de recuperar el control sin agotarte. Empezá por lo esencial, lo demás puede esperar.



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