Reconectar con el cuerpo cuando la mente está saturada

Cuando la mente no da más, seguir pensando no siempre es la solución. A veces, la salida está más abajo: en el cuerpo, que sigue ahí, esperando que lo escuches.

El agobio mental suele venir acompañado de tensión física. Mandíbula apretada, hombros cargados, respiración superficial. Reconectar con tu cuerpo no elimina los problemas, pero cambia tu forma de habitarlos.

¿Cómo podés volver a tu cuerpo en momentos de saturación?

  • Respirar hondo, lento y por la nariz. Parece básico, pero cambia todo.
  • Caminar sin destino, sintiendo cada paso, sin auriculares ni celular.
  • Moverte al ritmo de una canción que te guste (sin necesidad de “bailar bien”).
  • Hacer una pausa de estiramiento cada vez que notás rigidez.
  • Sentarte en silencio, con una mano sobre el pecho o la panza, solo para sentir.

Volver al cuerpo es volver a un lugar seguro. Ahí no hay listas de pendientes ni exigencias. Solo estás vos, respirando, latiendo, vivo.

Cuando la cabeza se llena, el cuerpo puede ser la salida.

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